lunes, 23 de junio de 2014

Cuidar las Articulaciones


De todos es sabido la importancia del buen estado de las articulaciones  para mantener una vida sana el mayor tiempo posible. El proceso de desgaste natural ocasionado a largo plazo, se ve incrementado en los deportistas si no tienen una alimentación adecuada que minimice dicho proceso.

Por ejemplo en los corredores, el movimiento de trote que realizan durante la carrera, va produciendo pequeños y constantes impactos  principalmente en la rodilla, pero también pueden verse afectadas otras zonas como la columna vertebral y los tobillos. 

Para ralentizar el desgaste y el riesgo de lesiones, es importante tener en cuenta varios aspectos, como son: la superficie donde se realizan los entrenamientos, el calzado utilizado, un buen gesto deportivo (postura y movimiento), una correcta alimentación y un plan de suplementación que mantenga las articulaciones en un estado óptimo.
La función del cartílago es cubrir y acomodar las terminaciones y superficies óseas en las articulaciones, amortiguar los impactos que producen la marcha y/o saltos, prevenir el desgaste por rozamiento y permitir el movimiento de la articulación. 

El cartílago está formado por células (condrocitos y condroblastos), fibras de colágeno y matriz extracelular formada a su vez por  proteoglicanos (compuesta por mucopolisacáridos, principalmente ácido hialurónico,  unidos a proteínas) y glicosaminoglicanos (tienen propiedades elásticas y nutren y lubrican al cartílago). El líquido sinovial es una sustancia viscosa rica en ácido hialurónico, encargada de lubricar y amortiguar la articulación durante el movimiento.

Para mantener el buen funcionamiento de las articulaciones es importante

Mantener un peso adecuado, ya que un sobrepeso supondrá una carga extra sobre las articulaciones y un bajo peso puede ocasionar pérdida y lesión muscular.

Asegurando un  aporte suficiente de líquidos, para mantener la articulación bien hidratada.
Asegurar un aporte suficiente de proteínas de alto valor biológico. 

Aporte adecuado de las siguientes vitaminas y minerales: la vitamina C, interviene en la formación y síntesis de colágeno, cartílago y matriz ósea. Además es necesaria para reforzar todas aquellas estructuras que contengan tejido conjuntivo, como tendones, ligamentos, músculos, paredes vasculares, etc. La vitamina A es necesaria para la síntesis de mucopolísacáridos del tejido conjuntivo como el sulfato de condroitina. La vitamina D promueve la absorción intestinal de calcio y fósforo. También ayuda a liberar el calcio envejecido de los huesos, promoviendo así la normal calcificación ósea. 

Entre los minerales importantes para la articulación están el calcio y el fósforo, necesarios para asegurar una buena estructura ósea, el magnesio, actuando como catalizador en la fijación del calcio y el flúor a nivel óseo. En oligoterapia se utilizan el manganeso-cobalto, pues están relacionados con la acción de enzimas que intervienen en la biosíntesis de mucopolisacáridos, glicoproteínas y liposacáridos, presentes en el cartílago y el hueso.

Los alimentos ricos en mucopolisacáridos como las manitas de cerdo, los callos, la lengua de buey, el codillo de cerdo, etc, en principio serían adecuados para fortalecer y recuperar las articulaciones, pero a menudo van acompañados de otras sustancias no deseables, como es un exceso de grasa y colesterol, por lo que la mejor alternativa es recurrir a los suplementos que los contienen.

Dos compuestos que mejoran el estado de las articulaciones 

el Sulfato de glucosamina y el Sulfato de condroitina

El Sulfato de Glucosamina es un aminosacárido que actúa como integrante en la síntesis de componentes cartilaginosos, posee acción antiinflamatoria, disminuyendo de forma lenta y progresiva el dolor, de manera que ofrece una mejora a largo plazo, no como analgésico directo. Por todo esto se utiliza en casos de desgaste articular ya que contribuye a la regeneración del cartílago y del líquido sinovial, a la vez que disminuye la inflamación de la articulación.

El Sulfato de condroitina  es un glucosaminoglicano que habitualmente se encuentra unido a proteínas formando proteoglicanos. Es el componente mayoritario del cartílago. Tiene gran capacidad para retener agua, lo que le da al cartílago su característica de resistencia a la compresión. Aporta lubricación a las articulaciones, también les confiere amortiguación, de forma que se reparte la presión entre huesos y se evitan posibles lesiones. Contribuye a la movilidad y flexibilidad del cartílago, y presenta un efecto sinérgico con la glucosamina para restaurar las lesiones dañadas

Alimentos que favorecen el buen estado de las articulaciones

Los vegetales crudos son muy beneficiosos para las personas que sufren de condiciones artríticas. Contienen vitaminas y minerales esenciales, como el beta caroteno y la vitamina C; que se encuentran principalmente en las zanahorias, cítricos, brócoli, lentejas, guisantes, cebada, alfalfa, remolacha y patatas crudas. Incluye también una o dos porciones de grasas buenas en tu dieta diaria. Entre los alimentos que contienen grasas saludables se incluyen las semillas de girasol, las almendras, los huevos, el pescado y los aceites como el de hígado de bacalao y el aceite de oliva. Es también muy importante beber mucha agua.


Realizar ejercicio físico 

La práctica habitual de ejercicio físico y la adecuada alimentación, permitirán una óptima lubricación de las articulaciones al mismo tiempo que mejorará la calidad de vida.




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