Aunque el yoga puede practicarse a cualquier edad, está especialmente indicado en la madurez, porque sus estiramientos mantienen las articulaciones flexibles. Las posturas del yoga fortalecen los músculos del abdomen y fomentan una buena postura, aspectos que son de gran importancia para la salud de los mayores.
Esta actividad debe practicarse en un centro de yoga o en un gimnasio con la supervisión de un entrenador. Existen una serie de ejercicios suaves que contribuyen a relajar tanto el cuerpo como la mente; para ello se necesita aprender a respirar despacio y profundo, así como alcanzar un estado mental concreto para poder realizar los ejercicios correctamente.
Se mejora la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. A través de su acción hormonal, contribuirá a un mejor equilibrio mental , permitiéndonos, al mismo tiempo, estar alerta y relajados. Proporciona paz interior y relajación, ayuda a combatir el insomnio, disminuye la presión arterial y alivia la ansiedad y el estrés.
Está demostrado que la práctica regular de yoga aporta excelentes beneficios en general, y en especial a personas de tercera edad, mejorando la atención, la memoria y habilidades motrices, entre otras.
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