martes, 29 de enero de 2013

El Agua


 
Aunque nadie duda de las ventajas que el agua provoca en el organismo pocos conocen con exactitud cuáles son y cuántos litros se deben tomar. La bióloga y periodista científica, Maria Roura Poch, explica que el agua no sólo está dentro de cada una de las células de nuestro cuerpo, sino que se encuentra también en la sangre, en el sistema digestivo, transporta residuos hasta los riñones, mantiene húmedos los ojos y ayuda a distribuir y regular la temperatura del cuerpo.

El agua es necesaria por las siguientes razones:

  • Es imprescindible para que todos los organismos funcionen. Sin agua no hay vida. Los datos son los mejores exponentes: el 60% de nuestro cuerpo es agua. En un bebé el 80% de su peso es agua y en las personas mayores el porcentaje desciende hasta el 50%. El agua forma el 85% de la sangre, el 90% del cerebro, el 13% de la piel y casi el 70% de los músculos. Al transpirar se gastan 300 mililitros de agua al día, de 1 a 1,8 litros se expulsan por la orina y más de 400 mililitros en el proceso de respirar.
  • Beber la cantidad suficiente de agua cada día asegura el correcto funcionamiento de los procesos de eliminación de residuos de nuestro cuerpo. Los expertos aseguran que es necesario beber entre dos y tres litros de agua diarios. Si la mitad procede de los alimentos el litro y medio restante se debe obtener bebiendo. La doctora Roura Poch apunta, sin embargo, que estas cantidades no se pueden tomar "al pie de la letra". "Una persona adulta, dependiendo de la perdida de sudor, necesita entre 20 y 40 mililitros por kilogramo de peso al día", especifica.Es decir, si pesamos alrededor de 70 kilogramos, necesitamos beber cerca de 1.750 mililitros de agua. Ante grandes esfuerzos corporales o con temperaturas levadas la segregación de sudor puede llegar a 1,6 litros por hora, con lo que la necesidad de consumir agua aumenta de manera notable.

  • Consecuencias de no beber agua:
  • Si el cuerpo no recibe la cantidad de agua necesaria, el metabolismo no se desarrolla como debe. Puesto que el agua es protagonista de transportar nutrientes, eliminar toxinas y regular la temperatura, cuando nos privamos de ella el sistema se puede alterar.
  • La digestión se hace lenta: los alimentos necesitan disolverse en una solución formada por jugos gástricos y agua.
  • La orina se concentra en exceso y pueden aparecer problemas serios en los riñones que, para preservar la sangre, empiezan a acumular sales.
  • Estreñimiento: el agua ayuda a disolver las fibras residuales de los alimentos y es necesaria para expulsar las heces del cuerpo.
  • La circulación sufre la carencia de un medio acuosos y sin la cantidad de agua necesaria corre la velocidad de la circulación es menor que la aconsejable.
  • Aparecen síntomas de deshidratación como boca seca, ojeras, disminución de la orina y presión baja.
El agua y la actividad deportiva

Los deportistas son los que mejor conocen los efectos del agua. Los preparadores físicos aseguran que los deportistas deben beber mucha agua; "además de que el organismo pierde líquidos en forma de sudor se puede notar un bajón de eficiencia, ya que la correcta hidratación colabora con el sistema cardiovascular, mejora el trabajo muscular y optimiza el rendimiento".

El cuerpo humano funciona normalmente a 37 grados, pero cuando realizamos una actividad física la temperatura asciende y se ponen en marcha diversos mecanismos para controlar ese aumento de calor. Con esta práctica se evita dañar cualquier sistema vital. Uno de esos recursos es la sudoración.

El sudor es producido por las glándulas sudoríparas y está formado por agua y sales en diversa concentración (sobre todo sodio, potasio, magnesio y calcio). En relación con este aspecto, un estudio realizado por el doctor Allen Arieff en la Universidad de California en San Francisco (UCSF), ha revelado que si se suda poco o la actividad física no es muy fuerte, se puede beber sólo agua, pero si se suda en abundancia y la actividad se repite con frecuencia (entrenamientos habituales), conviene recurrir a bebidas que contengan también sales.

Este estudio pone de manifiesto que la combinación de agua en exceso y la poca sal produce un efecto llamado hiponatremia que puede ser grave y provocar el desvanecimiento del deportista

El agua forma parte de la estética

Cada vez más clínicas de adelgazamiento, balnearios y centros de relajación utilizan el agua, distribuida en todas las habitaciones, saunas y gimnasios, como un instrumento básico para equilibrar la dieta y embellecer el cuerpo. Roura asegura que el agua contribuye a mejorar el estado de la piel y de las uñas, además de ayudar a que el cabello tenga más brillo. "Son partes del cuerpo expuestas a las agresiones externas y la buena hidratación de sus células es la única forma de protección ante el sol, la contaminación, los baños prolongados y el uso exagerado de jabones y esponjas".



Este bien natural constituye uno de los elementos fundamentales en el proceso de perder peso, entre otras cosas porque suprime el apetito de manera natural y ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas acumuladas. Si no hay la suficiente agua, los riñones no pueden trabajar de manera correcta y parte de su carga es traspasada al hígado. Una de las principales labores del hígado es metabolizar la grasa acumulada y convertirla en energía útil para el organismo. El problema reside en que si el hígado se carga en exceso no podrá trabajar en sus plenas facultades y metabolizar menos cantidad de grasa, con la consiguiente acumulación de esta.

Es muy beneficioso beber uno o dos vasos de agua por la mañana, recién levantados, así se consigue una mejor hidratación y se activan los mecanismos de limpieza del organismo.

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