Las agujetas son una reacción inflamatoria en respuesta a microlesiones musculares y tendinosas que se dan porque el músculo no está adaptado a la actividad a la que es sometido. Es decir, se producen pequeñas roturas de las fibras musculares, esto hace que se acumulen metabolitos o desechos y aparece una reacción inflamatoria que irrita las fibras nerviosas provocando dolor en los músculos que se han esforzado por encima de sus posibilidades.
El dolor tarda en aparecer entre 12 y 48 horas después del esfuerzo, y aumenta al estirar o contraer los músculos afectados y a la palpación, mientras que si estamos en reposo es indoloro. Debería desaparecer en un plazo máximo de 4 días.
Para prevenir que aparezcan agujetas, es recomendable hacer entrenamientos progresivos regulares y adaptados. Calentar siempre antes todos los grupos musculares, empezar con poca intensidad si estamos desentrenados e ir aumentándola poco a poco, y estirar muy bien cuando hayamos terminado.
Si por cualquier motivo un día te has excedido en el ejercicio, no servirá de nada que te tomes un vaso de agua con azúcar como muchos recomiendan. Lo más efectivo es intentar "limpiar" el músculo de metabolitos que se han acumulado, y para ello es bueno aumentar la sangre que llega a la zona. Esto se consigue repitiendo el ejercicio que provocó las agujetas (aunque no apetezca) pero con menor intensidad, ir despacio estirando sin forzar y realizando un masaje suave en las zonas doloridas. Es recomendable también beber bastante agua, y en casos de mucho dolor, recurrir a una crema antiinflamatoria.
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