lunes, 22 de septiembre de 2014

El deporte como terapia - Elección de un deporte para adultos



Si nunca se ha realizado ejercicio regularmente, se debe iniciar la actividad de forma lenta y gradual. Lo mejor es empezar caminando todos los días, cada vez un poco más. Por ejemplo, se puede evitar coger el coche y acudir a pie a todos los lugares que sea posible. Otra manera de comenzar la actividad consiste en subir y bajar escaleras en vez de utilizar el ascensor.

También conviene practicar ejercicios de estiramientos. Lo bueno es que pueden realizarse en cualquier parte: se trata de estirar los dedos de las manos y de los pies, girar los tobillos, las muñecas y los hombros, estirar las piernas y los brazos respirando profundamente, etc.

Cualquier ejercicio es mejor que no practicar ninguno. Aunque es obvio que lo mejor es elegir un deporte que proporcione el mayor número de beneficios. Es importante practicar una modalidad que permita trabajar todas las zonas del cuerpo para lograr equilibrio entre la estética y la salud.

A continuación veremos algunos deportes que mejoran tanto el aspecto físico como la salud.

NATACIÓN



Nadar ayuda a modelar y combatir la flacidez. Se trata del ejercicio más completo que existe, ya que fortalece todos los músculos, en especial los de los brazos, la espalda, las piernas y el abdomen. También desarrolla la capacidad pulmonar y mejora la circulación sanguínea, mientras fortalece el sistema inmonológico. Sus beneficios son muchos y se puede practicar a cualquier edad.

MARCHA



Caminando se activan todos los sistemas del organismo y se consigue una excelente forma física de manera relajada y progresiva.  Caminar a paso rápido constituye un ejercicio ideal para mujeres de mediana edad. Se parece mucho a correr, pero para conseguir los mismos efectos se debe practicar durante más tiempo. Lo ideal es realizarlo alrededor de treinta minutos al día. Si se lo propone, cualquier mujer puede encontrar este espacio de tiempo por muy agitada que sea su vida.

Andar es bueno para todas las edades, incluso para atletas que han sufrido alguna lesión y necesitan un descanso, ya que fortalece los músculos, los tendones, los ligamentos y los huesos. Lo ideal es caminar a paso rápido, marcando unas distancias que se pueden aumentar progresivamente hasta conseguir caminar un tramo de unos seis o siete km diarios.


  • Se recomienda dar pasos largos, levantado el pecho, intentando estirar el cuello y la parte inferior de la espalda, pero evitando estar rígidos.
  • Los brazos han de estar  en movimiento, con un balanceo enérgico, ya que ello evitará que se hinchen las manos.
  • Es importante que las rodillas, los tobillos, las manos, los hombros y la cara estén relajados.
  • Si se siguen estas recomendaciones, la marcha se convierte en un placer. Es muy grato sentir la respiración y tener la mente relajada disfrutando de todo aquello que encontramos a cada paso.


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