domingo, 21 de septiembre de 2014

El deporte como terapia



Las estadísticas demuestran que la longevidad de las personas se ha incrementado, aunque lo importante no es sólo vivir más años, sino gozar de mejor salud.

La ausencia de una actividad física regular produce cambios similares a los que desencadena el proceso de envejecimiento: la presión sanguínea aumenta, el corazón y los pulmones pierden eficacia, las articulaciones tienen menos flexibilidad y tanto el sistema nervioso como el inmunológico y los huesos reducen su actividad.
Además, se atrofian los músculos y los huesos. Por tanto, el ejercicio cumple un papel mucho más importante que el de la edad en lo que se refiere a la salud y la vitalidad durante la madurez.

Un programa adecuado de ejercicios puede modificar incluso algunos problemas corporales. Además, el ejercicio es el medio natural de tranquilizarse, sirve como afrodisíaco, para adelgazar, como laxante, para lubricar las articulaciones, como masaje muscular, para regenerar los huesos y constituye un antídoto para la fatiga crónica, todos ellos problemas muy comunes, especialmente en las mujeres.



Como es un relajante natural, es aconsejable encontrar un espacio donde poder cuidar tanto el cuerpo como la mente, lo que reporta serenidad y paz interior.

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